Por qué la gente está “atrapada” en un salario pero cree que es su liberación
Salario Fijo: No es liberación
Un puesto de trabajo es un mal con apariencia de bien, un caramelo envenenado: no te da libertad, no te permite ser dueño de tu tiempo, no te permite ganar apenas nada, no te deja elegir qué harás, no te da seguridad…
Y aún así, la mayoría desea un empleo desesperadamente, una nómina y un jefe al que obedecer. La causa de esta confusión empieza en la escuela y en casa cuando nadie da alternativas a un vivir de “curro”, y así parece un modelo de lo más normal del mundo. Frecuente sí, pero de normal no tiene nada, más bien es una anomalía.
Piensa en ello: un sueldo es un ingreso fijo (a la baja), pero los gastos de la vida son variables (al alza) empezando por la hipoteca que está contratada a interés variable y que habrá de subir dado los irrealistas tipos de interés tan bajos.
¿No es una locura tener ingresos fijos a la baja y gastos de la vida variables y al alza? Financieramente es una trampa.
Un salario fijo es una trampa porque no es escalable, no puede ir a más, sino todo lo contrario.
Un ingreso variable es escalable por definición y puede aumentarse si se adquiere la habilidad para ello (El Código del Dinero da las pautas para ello). Un sueldo no se puede duplicar de un año para otro, los beneficios de un negocio sí pueden con esa habilidad. ¿Ves la trampa del salario?
Los sueldos seguirán bajando en las próximas décadas porque hay más gente que busca un puesto de trabajo que puestos de trabajo disponibles. Es la ley de la oferta y la demanda, no es la crisis. De modo que los sueldos seguirán bajando y bajando… pero tus gastos seguirán subiendo y subiendo, al igual que la hipoteca y los impuestos.
La próxima burbuja fiscal consistirá en el estallido de la carga impositiva que los ciudadanos habrán de soportar para pagar la factura de la crisis y la mala gestión de los políticos.
Lector, huye de vivir de un empleo cuanto antes, crea tu plan B, tu plan de pensiones privado, tu máquina de imprimir billetes… Y despide a tu jefe, no creas en la trampa que supone el modelo laboral de vender horas a una empresa a cambio de una cifra.
Busca opciones, alternativas, otros modelos, nuevos paradigmas… algo que cuadre con tus valores y talentos.
No vayamos a creer ahora, en medio de una crisis, que un empleo es lo mejor del mundo. En el fondo, es el principio del final, más de lo mismo, y un modelo de economía personal que no conduce a gran cosa.
Un empleo debería ser un ingreso transitorio, provisional, para empezar, pero sólo el primer paso de un largo periplo profesional bajo otros roles más satisfactorios y con más posibilidades.
Leo al economista Santiago Niño Becerra, que es de los pocos que habla claro, cuando escribe…
“¿Qué sucede hoy?, pues que 1) cada vez hace falta menos factor trabajo para fabricar lo que haga falta en las cantidades que hagan falta, por lo que 2) la oferta de trabajo es superior a la demanda, máxime teniendo en cuenta 3) que la tecnología productiva cada vez es más barata, más sofisticada, y más sencilla de utilizar.
Que el precio del trabajo haya perdido poder adquisitivo lo que indica es que ese factor es necesario en una medida cada vez menor y cada vez más especializada y en momentos más concretos; por lo que pienso que no es cierto que la caída de los salarios medios sea temporal: es una tendencia que no tiene marcha atrás, ni en España ni en ninguna parte, incluso suponiendo una caída enorme de la población activa.
De momento, pienso, el poder adquisitivo de los salarios medios continuará cayendo. Y lo sucedido en España en relación a la filtración sobre una teórica y no confirmada propuesta de una entidad financiera para reducir hasta el 50% de los salarios, no es más que penúltima manifestación de lo dicho”.
Más claro no lo sabría expresar. ¿La respuesta? Emprender tu multinacional unipersonal con base en Internet. ¿Te suena bien? Pues espera a probarlo.
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